El hombre, es decir la especie humana,
ha estado desde sus comienzos, utilizando para su comodidad y bienestar, todo
lo que ha encontrado a su alrededor, ya sea, la tierra, el agua, los animales,
en fin, toda la naturaleza que ha existido desde un principio.
Gracias a muchas de estas actuaciones el
hombre ha ido evolucionando, no por ello sin haber cometido errores, errores
que casi siempre han sido recuperables.
Pero hemos llegado al punto en que
realmente la especie humana se ha creído ser la dueña y señora de ese “Todo”
con el que convive, arrasando, destruyendo, manipulando todo lo que tiene a su
alcance, sin mirar las posibles repercusiones en otras especies, en la propia
naturaleza, es decir: “Todo por y para el Hombre”, sin darse cuenta de que sin
ese “Todo”, el hombre no existiría.
La mayoría de las veces se trata de
grandes poderes, de grandes multinacionales que lo único que parece
interesarles son las ganancias que obtendrán a través de sus actuaciones de la
que tantas veces son acusadas, como la destrucción de selvas, por ejemplo, la
amazónica, la desforestación para cultivos y ganadería, la tala forestal,
carreteras, lavado de oro, explotaciones petroleras y mineras, y la mano de
obra utilizada, abusando incluso de los derechos humanos en donde hasta niños
están “esclavizados” para poder llevarse un plato de comida a la boca y para
que nuestra sociedad “civilizada” viva bien.
Están también las comunidades indígenas
que con sus culturas ancestrales y espiritualidad, son ignoradas,
menospreciadas, “destruidas” sin importar que constituyan un valioso tesoro
dentro de la diversidad y la cultura de la humanidad. Es a través de ellos como
podemos conocer muchos aspectos de la selva que ignoramos, incluida la
explotación y utilización de animales y plantas, tanto comestibles como
utilizadas en medicina, en la fabricación de sus construcciones, etc. Se
desprecia lo que se ignora. Las comunidades indígenas son pisoteadas, incluso
por muchos políticos que, al vivir en las grandes ciudades, son ignorantes de
la realidad amazónica. La selva no es
infinita. La contaminación se acumula, hasta el punto que podemos acabar siendo
víctimas de nuestros propios residuos que van a parar a los ríos, al mar, los
peces se contaminan, las aguas que luego bebemos y la que se transforma en
lluvia que luego cae sobre nosotros y sobre las selvas, en un círculo vicioso
de destrucción humana, y medioambiental.
La triste realidad es que la mayor parte
de estas informaciones no salen en el diario que compramos en el kiosco, o en
las noticias de la televisión, y si acaso son
“nombradas”, será de una forma inapreciable que pasará desapercibida para el ciudadano.
Hoy en día esta desinformación a la que
nos tienen acostumbrados y a la que decimos “Amén” como si fuera la pura y
eterna realidad y con la que nos están manipulando sin darnos cuenta, o sin
querer darnos cuenta, porque quizás nos es más cómodo, no saber, no conocer,
ignorarlo porque de esta forma nuestra pequeña vida es más tranquila, y tenemos
nuestros propios problemas ¿verdad?, sin saber que muchos de esos “problemas”
son insignificantes, y otros son debido quizás a esta injusticia que se comete
en todo el mundo. Hemos llegado a un punto en el que ya ni pensamos por
nosotros mismos, nos dejamos llevar por lo que nos dicen o por lo que nos
cuentan, porque claro: si sale en los medios de comunicación clásicos, los de
toda la vida, es que esa debe de ser la verdad, ¿No? Ni siquiera ponemos nada en duda, lo
damos por hecho y así “desconectamos” de la cruda realidad que se vive a lo
mejor en la casa de enfrente de nuestra calle…
La persona que realmente piensa por sí
misma y se pregunta ¿Qué es lo que está ocurriendo realmente en el mundo? ¿Es
verdad todo esto que oigo por la tele? Tenemos aún, hasta hoy, la libertad de buscar “nuestra
propia” información, de preguntarnos cosas, de no dar todo por cierto, de
buscar por nosotros mismos…Esta manipulación, desinformación, o lo que es lo
mismo la falta de información, es igual como queramos llamarlo, se puede
intentar evitar, buscar, alternativas, otros medios de información, gracias a
la tecnología tenemos a nuestro alcance lo que llamamos “Internet”, a través de este medio podemos acceder a diferentes tipos de informaciones,
tanto en español como en otros idiomas y con ayuda, “aunque no sean muy
exactos”, de algún que otro traductor.
Pero Internet no es el gran poderoso que
dice toda la verdad, al contrario, ahí existe quizás muchas más mentiras,
muchos embaucadores, de igual forma muchos intentos de manipularnos o
confundirnos, bien sea hacia un lado o hacia otro, no existe control, tanto
puedes llegar a dar con algo verás como con algo totalmente falso.
Pero también es cierto que al tener
tanta información a nuestro alcance, somos nosotros mismos quienes después
decidimos lo que “puede o no puede ser vedad”, no es fácil distinguirla, pero
por lo menos tenemos “más opciones” que leyendo solamente los clásicos diarios,
en donde siempre sale lo mismo, o la telebasura que realmente es eso en lo que
se ha convertido desde hace años y cada día que pasa se autodestruye aún más.
Programas de “supuestamente” entretenimiento, programas del corazón, o así los
llaman, los engaños, y el mantenerte ocupado viendo tantas…..que realmente no
nos damos cuenta de que lo que quieren es mantenernos delante de ese aparato
para que no nos enteremos de lo que realmente está pasando por el mundo, para
desviar nuestra atención hacia cosas la mayoría de las veces superficiales, nos
parece que lo que ocurre en otra parte del mundo y no nos va a influir, ¡Que
equivocados estamos! No dudemos de que lo que ocurre a nivel mundial nos afecta
también a nosotros tarde o temprano, ya
no vivimos tan lejos unos de otros, existe
algo que lo han llamado “Globalización”, y mientras los gobernantes, y no hablo
de políticos, hablo de las grandes corporaciones, los grandes bancos, las
multinacionales, las financieras, los que realmente deciden por nosotros e
incluso por nuestros políticos, afectan a nuestro propio propio país, es decir
a nosotros, para beneficio de “otros”.
Estamos metidos, queramos o no, porque
nuestra opinión no le importa a nadie, nos han metido en esa Globalización, y
que en un principio pensé, dentro de mi ignorancia o mi buena fe, que esto iba
a ser algo bueno para todos los países, sobre todo para los más necesitados. Me
he desengañado, la globalización es una forma de intentar controlar el mundo, para
beneficios económicos de unos cuantos, y quién más beneficio obtiene más poder
tendrá. Me ha dado cuenta de que los países en subdesarrollo con eso de la
globalización están quedándose aún más pobres, sin posibilidad de competir con
las grandes transnacionales, y también
me estoy dando cuenta como cada vez se nombran menos, que no se les da la
importancia que se merecen, y que casi los estamos olvidando.
En muchos países la gente está saliendo
a la calle para decir “NO” ¡No estamos de acuerdo con este sistema! con esta
forma de gobernar, con estas injusticias que cada día son más grandes y
extensas, porque cada día que pasa, la
distancia entre ricos y pobres es cada vez mayor. La pobreza va en aumento, y
mientras, los ricos son cada vez más ricos.
Yo confío en que cada vez hayamos más
personas que digamos en voz alta ¡NO! No, porque no se puede tolerar que unos
puedan alimentarse, mientras miles de personas, la mayoría niños, se mueren
bien sea por hambre, por falta de medicina o por falta de agua potable. En
algunos de estos países existen conflictos armados, de las que apenas nos
enteramos. Muchos de esos países tienen gobiernos corruptos, más que los
nuestros, pero esos gobiernos a menudo son mantenidos o permitidos en el poder por
los grandes países capitalistas, entre ellos el nuestro, existen intereses que
por lo visto valen más que una vida humana.
Mientras tres
cuartas partes de la humanidad mueren de hambre, aumentan en los países
desarrollados los problemas por sobrealimentación. ¡Que contradicción y
qué vergüenza! Existen recursos y medios suficientes para mantener a toda la
población mundial. Sólo es cuestión de repartir equitativamente esos recursos.
El 2 por ciento de la población mundial posee más de la mitad de la riqueza
global, según un estudio de la Universidad de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU). La investigación señala que la riqueza está concentrada en
Norteamérica, Europa y las naciones de altos ingresos en el área de
Asia-Pacífico.
Existen ciento y cientos de formas de
enterarnos de lo que realmente está ocurriendo, estamos comiéndonos, explotando,
destruyendo, todo, todo lo que la naturaleza nos ha dado, y nos estamos
destruyendo a nosotros mismos también.
Nuestra vida la rigen, las prisas, las
envidias, la intolerancia, lo superfluo, es decir lo que realmente no nos es
necesario, y la mayoría de las veces ni siquiera útil, nos golpean con anuncios,
anuncios, y anuncios, compra, compra y compra, y compramos, sin saber realmente
que es lo que estamos comprando y el por qué.
Ya no tenemos tiempo para nada, todo va
a un ritmo que no podemos seguir, ¿Cuántas veces hemos pensado? Me faltan
horas, me falta tiempo, no puedo con todo, pero, ¿Nos hemos preguntado el por
qué hemos llegado a esta situación? Y ¿Que es lo que realmente estamos haciendo?
¿Acaso estamos realmente viviendo? Y no digo vivir como nos rigen los otros,
sino vivir como a nosotros nos gustaría, saborear de lo que nos gusta, hablar
con la familia, tener tiempo para tomar de forma tranquila un café con los
amigos, caminar por la calle y en vez de saludar con la mano y no pararnos
porque no tenemos tiempo, hablar con ese amigo que nos hemos encontrado aunque
sólo sea un; ¡Hola como estás! ¿Te va bien?
Y todo esto ¿Para qué? O mejor dicho
¿Para quién? y ¿Por qué?
¿Es que acaso no existe otra forma de
vida? Una vida en el que volvamos a disfrutar de las cosas sencillas, en la que
podamos compartir con lo demás, en el que seamos más honestos sobre todo con
nosotros mismos, en el que una sonrisa nos contagie con otra sonrisa, en el que
volvamos a dar los buenos días o las buenas tardes, en el que no tengamos todos
los días esa cara de amargados que tenemos y peleemos por todo y nos enfademos
realmente por nada importante. En el que no estemos siempre a la defensiva,
desconfiando de todo y como si todo el mundo fuera nuestro enemigo.
¿Es esto realmente vivir? ¿Es esta
verdaderamente la mejor forma para conseguir un poquito de felicidad en nuestra
vida, y de paso en la vida de los que nos rodean? ¿Cuesta tanto ser un poquito más
amable y sonreír de vez en cuando incluso a esa persona desconocida?
No se vosotros, pero yo he decidido que
no quiero que mi vida sea así, que por muchos obstáculos que tenga que pasar no
quiero perder aquello que realmente me pueda dar una vida interior mucho más
plena y por ende mucho más feliz.
Quiero un cambio de mundo, un cambio de
sistema, un mundo más justo para todos, y lo mejor será empezar por mi misma y
por los que me rodean, por la familia, cada vez más separada, por el amigo, por
el vecino, o por ese señor o señora que me encuentro al que no conozco de nada
pero que puedo perfectamente dar los buenos días con una sonrisa. En fin por mi
entorno, el más cercano y por el más lejano.
Yo soy y seré de las personas que dicen
“NO” a las injusticias sea contra lo que sea, y sea de la especie humana o de
otras especies, este mundo lo formamos muchas vidas totalmente diferentes, y
todas tenemos el derecho de vivir y disfrutar de esta nuestra casa, de momento
la única que conocemos y en la que podamos vivir, entonces respetemos y en vez
de destruir, construyamos un mundo mejor para todos.
En nosotros está la fuerza y el poder para
conseguirlo.
María Hernández.
La Palma