viernes, 27 de mayo de 2011
El Apurón - 27/05/2011 - Los indignados palmeros animan los ciudadanos a tomar la calle para que expresen su indignación
El día 15 de mayo comenzó la andadura de esta movilización ciudadana sin precedentes en nuestra historia democrática, que ha continuado con el nacimiento de una Asamblea permanente de "Democracia Real Ya" en Santa Cruz de la Palma.
Para quienes no conozcan el movimiento Democracia Real Ya, hay que decir, explican desde la asamblea palmera, que "se trata de personas normales, jóvenes y mayores, trabajadoras, parados, mujeres y hombres, con diferentes ideas políticas o religiosas, o sin ellas, personas sobre todo preocupadas y ocupadas por el panorama político, económico y social que observamos. Preocupados por la corrupción de quienes detentan el poder político, laboral o económico. Preocupados por la indefensión de la ciudadanía y por la falta de participación de la misma en los asuntos públicos".
"Esta situación -indican desde la asamblea- nos hace daño diariamente, pero si todos nos unimos podemos cambiarla. Es hora de ponerse en movimiento, hora de construir entre todos una sociedad mejor".
Uno de los principales objetivos de la acampada solidaria en la plaza de España, es llevar a cabo asambleas todos los días a las 12:00 y a las 19:00 horas, en el que todas las personas interesadas pueden hacer sus aportaciones.
La asamblea de Democracia Real Ya La Palma considera que las prioridades de toda sociedad avanzada han de ser la igualdad, la solidaridad, el libre acceso a la cultura, sostenibilidad ecológica y el desarrollo, bienestar y felicidad de las personas; que las personas tienen unos derechos que deben estar cubiertos siempre, como el derecho a la vivienda, al trabajo, a la salud, a la educación, a la participación política, al libre desarrollo personal; que el Gobierno debe ser del pueblo ("Demos":pueblo y "Cracia": gobierno) Las funciones de la clase política deberían ser las de llevar nuestra voz a las instituciones y no utilizarlas para sus intereses partidistas o el enriquecimiento personal; que es necesaria una revolución ética. Hemos puesto el dinero por encima del ser humano y tenemos que ponerlo a nuestro servicio. Somos personas, no productos de mercado.
Por todo lo anterior, dicen, estamos indignados. Unidos podemos cambiar las cosas.
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